Lo reconozco… soy muy, pero que muy crítico con la ciega fe que en este país se tiene a los resultados de un ensayo de penetración dinámica… qué le voy a hacer… más aún cuando a un ensayo de penetración dinámica se le denomina «sondeo a percusión» (porque en tal caso lo que hay detrás es un verdadero fraude geotécnico… pero no… hoy tampoco voy a hablar de ese tema).
Comento el tema del penetrómetro hoy a cuento de un post que leo en el excelente blog de Enrique Montalar (geodiendo)
Como bien dice Enrique, la esbeltez del varillaje del ensayo DPSH es causa de importantes desviaciones de la vertical de la penetracion en suelos blandos o flojos, y más aún si uno se encuentra por ahí abajo elementos de volumetría importante (bloques en un relleno, una cimentación enterrada… a saber) o capas duras intercaladas. Por causa de ello podemos recuperar las varillas hechas una pena (o cuando no, perderlas por rotura del nipple… y no está la vida como para perder varillas.)
Según la deflexión que sufra el varillaje, la dirección de la penetración puede diferir mucho de la vertical, y el resultado puede ser desfavorable en exceso (en general, la anisotropía de los suelos comporta una resistencia menor a la penetración horizontal que a la vertical), penalizando sin necesidad el coste de la cimentación… o mucho peor aún: si el roce por pandeo es importante, resulta que estamos midiendo una resistencia a la penetración muy superior a la resistencia real del terreno, por lo que sus prestaciones geotécnicas reales serán con seguridad inferiores a las que consideraremos en el cálculo de la cimentación, mermando la seguridad del proyecto.
No obstante, y si seguimos la norma de ensayo como se debe, hay una forma sencilla y económica de evitar desperfectos del varillaje, ensayos que no cumplan con la verticalidad requerida, zapatas sobredimensionadas, o proyectos inseguros… un procedimiento que desgraciadamente es muy extraño observar entre las empresas de reconocimientos de nuestro país.
La norma UNE-EN ISO 22476-2-2005 (que no puedo linkar, porque AENOR continúa haciendo valer sus derechos de propiedad intelectual sobre unos documentos que deberían ser de libre circulación, dado que se trata de normas de obligado cumplimiento), la norma, digo, indica que a cada metro de penetración (a cada barra que se ponga, a efectos prácticos), se comprobará que el par de torsión del varillaje.
Si se realiza esta verificación (cosa que, como digo, lamentablemente no es usual, pero que cuesta muy, pero que muy poco), y se abandona el ensayo si se supera cierto límite, es imposible que las deflexiones del varillaje sean significativas, puesto que para rotar un varillaje pandeado haría falta tener a Bud Spencer en nómina (el varillaje hay que rotarlo en el sentido en que se aprietan las varillas, huelga decirlo… no vaya a ser que… que de todo hay.)
La norma no indica de forma explícita – o cuanto menos yo no sé verlo, y si alguien sabe, que me corrija – qué par de torsión debe tomarse como límite, pero implícitamente parece que venga a decir que 200 N/m (dado que es el rango mayor de medida que se requiere para la llave dinamométrica o dispositivo utilizado para la comprobación.)
… entre nosotros: 200 N/m es un par de torsión que viene a decir que si con la habitual llave fija con la que se aprietan las varillas nos cuesta mucho dar un giro y medio al varillaje, es que el rozamiento lateral ya invalida el resultado del ensayo y más vale dejarlo correr. Y si con la llave no somos capaces ya ni de dar una vuelta y media a la varilla, es que seguro tenemos un problema de pandeo y estamos midiendo el golpeo debido al roce lateral en lugar del inducido por la resistencia por punta.
Es un remedio simple que nos ahorra bastantes varillas torcidas y resultados inexplicables. Lo «malo» (para según quien) es que si lo utilizamos y somos consecuentes, deberemos reconocer que en gran cantidad de penetraciones realizadas (muchas de las que se realizan con un relleno de por medio) el resultado es inválido a la primera de cambio, y no sería factible substituir alegremente sondeos por penetrómetros.