En el año 2004 tuve la ocasión de participar en un proyecto de esos que a uno le dejan un agradable regusto por tiempo; se trataba de la rehabilitación de una antigua fábrica metalúrgica de Sabadell (la fábrica Tort o vapor de Can Planell, suministradora de material ferroviario) para la cual se proyectaba una reconversión en viviendas.
La nave que se preveía conservar (la que luego se reconvirtió en unos preciosos lofts) presentaba una estructura soportada por pilares de forja en el interior y por pilastras en el perímetro. Tanto los pilares como las pilastras se habían cimentado mediante pozos de fábrica de ladrillo con unas secciones sorprendentemente modestas (0.6 m x 0.6 m), si bien el empotramiento era substantivo para dicha sección, de unos 3 m, cosa para nada corriente en el centro histórico de la localidad de Sabadell, donde no son habituales los rellenos antrópicos y el terreno en superficie presenta buenas perspectivas de cimentación si se opta por la solución convencional con tensiones de servicio moderadas, como es habitual para un edificio industrial del S XIX.
Otra particularidad del edificio era la forma en la que se transmitía al cimiento la carga de la fachada (que actuaba como muro de carga y que por su grosor representaba además una solicitación importante.) En lugar de realizarse una zapata corrida bajo el muro, se había optado por una bóveda en el arranque, de pilastra a pilastra, transmitiendo así la carga del primero a las segundas, cimentadas como digo mediante pozos de ladrillo.
Y aquí lo curioso del caso; si bien es más que conocido el éxito del método constructivo de la bóveda catalana en el S. XIX, hasta el extremo de haberse exportado a los EE.UU., no es común (cuanto menos hasta donde yo me he encontrado en rehabilitaciones) su uso para definir el sistema de cimentación para un edificio como aquél, eminentemente «funcional», substituyendo la habitual zanja rellena de escombros ligados con cal en la que apoya el muro de carga, por un pozo (o, por su esbeltez, más bien un pilote corto) realizado con ladrillos. Valga decir que nos sorprendió comprobar que, hecha la estimación de cargas que descendían de la estructura, la tensión de servicio aplicada por el edificio original sobre el terreno en la base del pozo (o pilote) podría ser del orden de 800 kPa.
La ingeniosidad del diseño de la cimentación nos permitió validar la solución constructiva como apta para el nuevo uso a que se dedicaba el edificio (asumiendo incluso cargas superiores a las iniciales previstas en el proyecto) sin necesidad de proceder a un más que previsible recalce con micropilotes, necesario a buen seguro de haber encontrado unos cimientos convencionales (buena forma de iniciar una obra, cuando es ahorrando en los cimientos y manteniendo la seguridad en lugar de micropilotar a diestro y siniestro.)
Me ha venido hoy a la memoria este trabajo, y las ganas de comentarlo, al encontrar este link de TVARQUITECTURA donde se puede ver un bonito video donde los proyectistas y directores de la obra comentan lo interesante de la misma.
El proyecto y la dirección de la obra corrió a cargo de Cruz y Ortiz Arqs., la dirección de ejecución fue de Enrique Moreno Ramos, y el cálculo de estructuras lo realizó Gerardo Rodríguez (STATIC), profesionales todos de los que se tiene la oportunidad de aprender siempre que se comparte un trabajo. La empresa promotora (HABITECTURA) se ha destacado en Sabadell por la singularidad de sus obras, valga esta como ejemplo.
Buen proyecto de dos buenos arquitectos.Frankie, te quería consultar cómo se validó la cimentación. 800 kPa son 8 kg/cm2, mucho para justificar el cumplimiento mediante análisis por zapata aislada a no ser que tengas un sustrato muy bueno. Supongo que se consideró el rozamiento lateral entre cimiento y terreno ¿no?
no, no se podía considerar una contribución del rozamiento lateral porque el terreno en los laterales de las pilastras prolongadas bajo cota de rasante era un relleno; de lo que apreciaba en las catas se deduce que al realizarse la obra se excavó ataluzando el pozo (caso contrario hubiera sido muy dificil aparejar la pilastra, claro), se levantó la pilatra sobre un fondo de mortero, y posteriormente se restituyó el terreno.efectivamente, 800 kPa son bastante para una zapata en un terreno normal… pero esa pilastra de 0.6 x 0.6 m empotrada 3 m no es una zapata, pues con semejante esbeltez las condiciones de confinamiento están en el límite de las de un pilotey aún considerándolo como una zapata, con tal empotramiento la sobrecarga de tierras sobre el plano de cimentación permitía asumir un coeficiente de seguridad muy altotambién tengo que confesar que el terreno, a cota de cimentación de la pilastra, era muy bueno; )en cuanto a los asientos, dado que el proyecto era una rehabilitación, las deformaciones que nos preocupaban no eran las que hubiera sufrido el edificio hasta llegar al estado actual (de hecho no presentaba problemas de asientos), si no las que podrían darse con la intervención… considerando, pues, la valoración de las deformaciones no a origen si no a partir de la rehabilitación, las mismas resultaban tolerables.en resumen es esto… no sé si contesto lo que planteas… espero haberme explicado.ps. efectivamente, C&O son dos excelentes arquitectos, solo hay que ver lo que proyectan y construyen: lejos de las «calatravadas» tan de moda; ellos llevan un estilo sobrio pero estéticamente impecable, y encima muy orientado a la función del edificio…… pero, para serte sincero, la verdad es que en la fase de proyecto en la que discutimos el tema de la cimentación (que no era baladí) se implicaron mucho otros técnicos (el director de ejecución, el tècnico que calculaba la estructura, el representante de C&O en Bcn…) pero en ningún caso me pareció que la cosa les incumbiera mucho a ellos… es la sensación que siempre me ha quedado cuando he trabajado en algún proyecto con arquitectos renombrados: si se trata de postular sobre el concepto de la luz y del espacio en el entorno de la edificación o cosas semejantes pueden preocuparse hasta el más mínimo detalle… ahora bien, de los cimientos… eso ya es otro cantar… debe ser que lo encuentran muy poco creativo (y este no era el caso, desde luego…)es una lástima… modestamente (y lo digo sabiendo que yo soy un mindundi) creo que muchos se han olvidado que la arquitectura es algo más que una cuestión de morfología de la edifiación…
Vaya hombre, pues sí que tienen buenos firmes por Sabadell… Por la profundidad del cimiento pensé que podía trabajar como un pilote (por punta y fuste), pero como bien dices es sensato despreciar el rozamiento que pudieran ofrecer (si es que lo hacen) los rellenos. Incluso se podría dar rozamiento negativo, aunque por la antigüedad de la edificación supongo que el relleno estará bastante consolidado, quizá por eso también el tema de los asientos no era un tema prioritario.Con respecto a C&O no he trabajado nunca con ellos, pero es lo habitual en arquitectos de renombre. Esa actitud es medianamente entendible, su verdadero potencial es el diseño arquitectónico, pasando a un segundo plano el tema técnico, lo que no quita que sus colaboradores técnicos se pringuen lo que la obra merece. Yo tenía un profesor en la ETSAS, que decía: «… nosotros (los arquitectos) no somos artistas, el arte es para los artitas y nosotros somos arquitectos…» respondía a un alumno que justificaba un proyecto con la estética. Yo le doy toda la razón al profesor, la obra de arquitectura debe ser todo: Diseño, valor patrimonial… pero también estructuras, construcción, instalaciones… y obra, mucha obra.
jejeje… te aseguro que aquí tenemos mejor terreno que en Sevilla (lo digo por lo de la ETSAS); a mí me gusta mucho la frase que dice algo así como «la arquitectura és la disciplina técnica más artística, y a la vez el arte más técnico»… mi opinión (de mindundi, quede claro) es que el verdaderamente gran arquitecto es el que no pierde ni una ni otra perspectiva… lo malo es que la parte artística de los que nos dedicamos a esto de los cimientos y el terreno en general es difícil de desarrollar…de ahí este post… la inspiración me vino precisamente porque la solución de cimentación era un compendio técnico y artístico muy destacable… cuanto menos a mí me pareció muy elegante, sobre todo porque de lo que se trataba era de cimentar una nave industrial del XIX, es decir, un edificio esencialmente funcional.
Por cierto, que se me pasó comentarte que por aquí (Sevilla) no es tan extraño encontrar ese tipo de estructuras antiguas de ladrillo arqueadas recogiendo las fachadas, quizás por eso que hemos hablado antes de que nuestro suelo es de peor calidad. En la ciudad tenemos unos rellenos de varios metros seguidos de capas de limos y arcillas, así que en ocasiones se evitó cimentar los cerramientos superficialmente en estas capas tan deformables y acudir así al sistema que comentas.Saludos
Frankie, me ha parecido un caso muy interesante y pertinente para una jornada que estoy montando en la ACE sobre reparación y refuerzo de cimentaciones en rehabilitación. Ya he hablado con STATIC para que hagan una pequeña presentación junto a otras tres, dadas también por socios de ACE. Cuando contacté con Miguel Rodríguez ya le dije que la fuente había sido tu blog. Si te animas, la jornada será el 7 de Febrero en la aula master de la Politécnica.El título de su presentación seráRehabilitación de la Fabrica Tort para convertirlas en viviendas. Análisis y estudio de una no intervención.