Se dice, se comenta… que con el tiempo la construcción mediante prefabricados acabará por substituir en la mayoría de los casos a la construcción tradicional… tal vez se acabarán entonces las paredes maestras de ladrillos puestos a copón, los pilares vistos con coqueras y demás ejemplos de una ejecución «in situ» desafortunada… pero también es verdad que quizá se acabe entonces con la ilusión del autopromotor al diseñarse él mismo la casa de sus sueños (dolor de cabeza del proyectista) y acabemos todos viendo construcciones que solo serán variaciones de cuatro temas.
Entre tanto, el mundo del prefabricado (y de ello se ocupan los señores de ANDECE) se esfuerza por hacer ver sus virtudes y logros, tratando de vencer los no pocos prejuicios que todavía lo rodean.
De cimentaciones prefabricadas tenemos ejemplos a cascaporro desde hace tiempo, y algunos más o menos virgueros; pero más que hacer virguerías zapatiles, dicen que lo que al proyectista le preocupa las más de las veces la unión entre la zapata y la estructura, y más aún cuando de diseño en zona sísmica se trata.
Y hablando de ANDECE, me viene hoy en su boletín una reseña interesante del tema… sobre un estudio experimental de uniones soporte – cimentación en elementos prefabricados de hormigón que han hecho no hace mucho en Valencia.
Lo que más me ha gustado es la guisa de probetas que han montado para ensayar la unión… cosa maja. Podéis descargar el artículo aquí.
El artículo es muy interesante, especialmente si uno (es mi caso) tiene afición a los montajes con actuadores, galgas y extensómetros… lo que resulta un poco chocante es una de las conclusiones «El análisis del tipo de unión y del nivel de carga axial en la ductilidad en desplazamientos requiere de un estudio más exhaustivo.» No es que sea precisamente la frase más afortunada para acabar una investigación… en fin.