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Es posible que haya quien, ante la necesidad de contratar un estudio geotécnico, y en lugar de pedir tres o veinte ofertas (nota al margen: si Usted es de los que piden las ofertas, por favor, notifique su decisión de contrato a los ofertantes que no hayan sido agraciados… después de dedicar un buen ratillo que se echa en elaborar una oferta como se debe, siempre se agradece saber por dónde mejorarla para la próxima vez)… ¿por donde iba? ah, sí… también hay quien para comparar precios, o para tener una referencia acude a aplicaciones de uso frecuente en la ingeniería y la arquitectura, como el Generador de Precios de CYPE, que para más mérito… ¡¡¡ es graaaatis !!!
en el capítulo dedicado a «control de calidad y ensayos» encontraremos una entrada para dimensionar y valorar nuestro estudio geotécnico.
la idea es buena, como en general lo es todo el generador de precios… claro que a ojos de un maniático todo es mejorable… y después de un repasillo he encontrado algunas cosillas… resumo a continuación el tema, introduciendo al paciente lector (y ahora pienso en el atribulado autopromotor que ha llegado a este recóndito mundo de los estudios geotécnicos) en la azarosa situación de…
¿cómo contratar un puñetero estudio geotécnico y no morir en el intento? (o que a uno no le levanten la camisa… o le vendan gato por liebre… o penetro por sondeo para el caso)
Introducción y antecedentes:
La promulgación de la Ley de Ordenación de la Edificación generalizó en su día la incorporación del estudio geotécnico al proyecto de construcción en el ámbito de la edificación española. Esta incorporación se produjo entonces sin un marco normativo específico que regulara los contenidos mínimos y las necesarias garantías de calidad del estudio del terreno: la geotecnia de este sector productivo adolecía de la falta de una norma básica que regulara su desarrollo. Por este motivo, la eclosión del mercado de los estudios geotécnicos acaecida durante la primera mitad de la pasada década, comportó una enorme disparidad en los estándares de calidad, en los costes de producción, y en los precios de mercado, que en gran medida ha sido difícil de comprender para el usuario (sea promotor, proyectista o director de obra…)
La entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación resolvió dicho déficit de normativa técnica, regulándose por primera vez y de forma explícita los aspectos relativos al estudio del terreno en la edificación.
La aplicación del Documento Básico “Seguridad Estructural – Cimientos” no ha solventado, sin embargo, el problema que representa la imposibilidad de comprender, por parte del usuario, en qué se traducen las diferencias económicas que llegan a darse entre diferentes estudios geotécnicos, y qué consecuencias tienen sobre la seguridad final de la obra y, muy especialmente, sobre los costes de la misma.
La difusión de una aplicación informática sencilla, intuitiva y amigable como el Generador de Precios de CYPE puede contribuir a mejorar la comprensión, por parte del usuario final del estudio geotécnico, sobre la relación entre el precio del servicio y los mínimos de calidad que debe cumplir el estudio del terreno para garantizar que satisface los requerimientos de un proyecto de edificación.
Esta propuesta de revisión técnica pretende aportar elementos de mejora al Generador de Precios CYPE en su apartado dedicado al estudio geotécnico, con la finalidad de permitir al usuario una valoración económica personalizada de los trabajos de reconocimiento, de laboratorio y de asistencia técnica, basada en sencillos criterios objetivos y contrastables.
Datos previos de la parcela a estudiar:
Los datos generales que la aplicación considera para el dimensionamiento de un estudio geotécnico son prácticamente coincidentes en su mayoría con los que se asumen para el resto de partidas del proyecto, quedando especificados en la definición preliminar de la construcción.
No obstante, convendría considerar algunos aspectos adicionales, que influyen en gran medida sobre los costes de ejecución de los reconocimientos, siendo éstos los derivados de las condiciones de accesibilidad del solar. Téngase en cuenta que de las mismas depende el tipo de sonda que es más favorable utilizar:
– En caso de solares con acceso llano y sin restricciones de transitabilidad, es factible el uso de sondas dispuestas sobre vehículos aptos para el tránsito rodado (desde camiones a todoterrenos), cuyos costes de perforación y sobre todo de movilización en general son los más favorables, al permitir el porte de los equipos, los medios auxiliares y del personal en un mismo vehículo – sonda.
– En caso de solares con pendientes significativas o con problemas de transitabilidad (firmes blandos por presencia de humedad muy alta en el suelo, por drenaje deficiente de la parcela…) se hace necesario considerar la necesidad de maquinaria también autoportante, pero dotada de elementos motrices especiales (orugas, ruedas especiales…) Los costes de sondeo para estos equipos son superiores, debido a que se requiere un vehículo de transporte independiente para su llegada a la obra, siendo necesaria la presencia de un segundo vehículo de apoyo, destinado a la movilización de equipos auxiliares y del personal de obra.
– Cabe finalmente considerar la necesidad, cada vez más frecuente en zonas urbanas consolidadas, de realizar el estudio geotécnico en emplazamientos ocupados por estructuras antiguas pendientes de derribo, en los cuales es imprescindible contar con maquinaria muy ligera y con gálibos de trabajo reducidos (no superiores a 3 m), para los cuales los costes de perforación son aún superiores a los del caso anterior.
En función de lo expuesto, se recomienda introducir en la aplicación un ítem adicional que permita al usuario distinguir entre:
– Solar sin restricciones de acceso para vehículos de más de 10 Tn.
– Solar con dificultades de transitabilidad (pendientes, firme deficiente) requiriendo sondas propulsadas con orugas o ruedas especiales.
– Parcela pendiente de derribo o en condiciones de gálibo restringido.
Con el fin de trasladar las diferencias de coste que implica el uso de equipos especiales, se recomienda para el primer caso adoptar los precios unitarios base de la aplicación. Para el segundo se recomienda incrementar un 100 % el coste de la movilización de equipos, así como suplementar en un 15 % los costes de las diferentes partidas de perforación y ensayos “in situ”. En el tercer caso se recomienda considerar el coste de movilización especificado para el caso 2, y contemplar un incremento del 30 % respecto al primero para las partidas de perforación y ensayos “in situ”.
Entidad de la edificación y número mínimo de reconocimientos:
El Código Técnico de la Edificación establece de forma estricta el número mínimo de reconocimientos en función de dos parámetros de sencilla estimación:
– La dimensión en planta del edificio, dato deducible de las premisas que la aplicación solicita al usuario sobre la superficie ocupada por el edificio y el número de plantas, de la cual se obtiene el área ocupada por la construcción (“A”).
– La bondad de las prestaciones geotécnicas del emplazamiento, valorada en función de las expectativas de cimentación locales, que puede ser incorporada en la aplicación de forma sencilla.
Se propone sistematizar la previsión sobre las prestaciones geotécnicas del subsuelo en función de la estimación de cimentación habitual en el entorno de la parcela (o la previsible en la parcela en cuestión) consistente en:
a. terreno del grupo T1 – edificios cimentados mediante elementos aislados (zapatas aisladas o continuas) con tensiones de servicio del cimiento moderadas o altas (> 150 kPa).
b. terreno del grupo T2 – edificios cimentados mediante elementos aislados con tensiones de servicio del cimiento bajas (< 150 kPa), o bien apoyados sobre cimientos semiprofundos.
a. terreno de los grupos T2 – T3: edificios cimentados sobre losas continuas o cimientos profundos, o suelos con problemas geotécnicos significativos (expansividad, colapso, rellenos antrópicos muy significativos, zonas con problemas de estabilidad global, suelos de alta deformabilidad…) que requieran de soluciones de cimentación específicas.
Estableciendo el tipo de construcción y el grupo del terreno, se establece la distancia máxima (“dmáx”) entre reconocimientos (a partir de la tabla 3.3 del DB SE-C). Considerando que cada punto de reconocimiento es representativo de un área circular cuyo radio representa la mitad de dicha distancia máxima, se obtiene el número de reconocimientos prescritos (“n”) de la siguiente expresión:
n = A / [ pi (dmáx /2)^2 ]
La partida presupuestaria referida a la movilización, traslado de maquinaria y emplazamientos en puntos de reconocimiento se determinará como sigue:
– Movilización de maquinaria por estudio: 1 unidad.
– Emplazamientos en puntos de reconocimiento: n – 1
La medición de emplazamientos se aplicará exclusivamente a los sondeos mecánicos, no así en caso de ensayos de penetración que puedan substituir a sondeos.
Tipo de materiales a reconocer:
De forma acertada, la aplicación propone al usuario una estimación del tipo de terreno que será objeto del reconocimiento, pues los costes de sondeo varían de forma significativa en función del material tratado.
Sería recomendable, para unificar terminología y adaptarla a la tarificación habitual de los estudios geotécnicos, dividir dicha clasificación como sigue:
– suelos
o arcillas (en general, suelos coherentes)
o arenas (en general, suelos no coherentes)
o rellenos
– gravas y bolos
– roca blanda a media (pizarras, esquistos, margas, areniscas y conglomerados de competencia media, rocas ígneas alteradas…)
– roca dura (granitos, gneises, conglomerados y areniscas de alta competencia…)
De tenerse un conocimiento algo detallado sobre la geología local, sería muy deseable que el usuario pudiera establecer una ponderación sobre las diferentes tipologías de materiales a reconocer, trasladando la misma a las mediciones que la aplicación establece sobre los sondeos.
En caso de no disponer de dicha información, por omisión conviene considerar de forma genérica la perforación en suelos como norma general, e incorporar la perforación en gravas en un rango del 20 % al 30 % para prever el coste de la posible incertidumbre que pueda darse por la presencia de terrenos cuyo precio de perforación sea superior al de los suelos.
Condiciones geotécnicas previsibles en el emplazamiento y la profundidad mínima del reconocimiento:
El DB SE-C considera, con mucho acierto, que conjuntamente con la entidad de la estructura proyectada, el parámetro que define en su planificación a la campaña de reconocimiento es la solución de cimentación que habitualmente se toma en consideración en el entorno local donde se sitúa el proyecto, así como ciertas particularidades referidas a problemas de índole geotécnico que pueden preverse en ocasiones.
En tal sentido, se establecen unos ratios mínimos de reconocimientos en función de las distancias máximas aceptables entre puntos a reconocer, así como de las profundidades mínimas a alcanzar en dichos puntos.
Es posible sistematizar adecuadamente la previsión de campaña escogiendo entre las siguientes variables:
– Según el tipo de cimentación habitual en el entorno de la parcela (o la previsible en la parcela en cuestión) consistente en:
a. elementos aislados (zapatas aisladas o continuas).
b. elementos aislados en cimentación semiprofunda.
c. losas continuas o cimentaciones profundas
– Según el tipo de material sobre el que se cimienta:
1. suelos
2. roca (entendida como un substrato competente, cuya resistencia es con fiabilidad muy superior al rango de solicitación inducido por la cimentación, y en el cual las deformaciones provocadas por el edificio son desestimables.)
Puede establecerse de forma genérica la siguiente profundidad de estudio (P):
P = Ns • 3 m + H
Siendo
Ns: número de plantas sótano previstas (por debajo de la rasante del solar en el momento en que se realiza el reconocimiento).
H: profundidad bajo la cota de explanación, dependiendo de las expectativas de cimentación, proponiéndos:
H = 7 m para el caso “a-1” en edificios de menos de cuatro plantas.
H = 9 m para el caso “a-1” en edificios de cuatro a diez plantas.
H = 10 m para el caso “b-1” en edificios de menos de cuatro plantas.
H = 12 m para el caso “b-1” en edificios de cuatro a diez plantas.
H = 15 m para el caso “c-1”
H = 3.5 m para el caso “a-2” en edificios de menos de cuatro plantas.
H = 5 m para el caso “a-2” en edificios de cuatro a diez plantas.
H = 6.5 m para el caso “b-2” en edificios de menos de cuatro plantas.
H = 8 m para el caso “b-2” en edificios de cuatro a diez plantas.
H = 10 m para el caso “c-2” (no se aplica en losas)
Las profundidades de estudio propuestas difieren de las que aconseja el DB SE-C, al tener presente únicamente una expectativa razonable (y generalista) sobre la profundidad de influencia del cimiento, y tomando en consideración un rango de profundidades de estudio avalado por la experiencia del autor, limitado por tanto a un entorno geográfico concreto.
Substitución de sondeos de reconocimiento por ensayos de penetración:
Por omisión, los reconocimientos prescritos por el DB SE-C son aquellos que posibilitan y garantizan el estudio fehaciente del terreno, la obtención de muestras de calidad adecuada para su ensayo en laboratorio, y el alcance en profundidad que determina el código. Únicamente los sondeos mecánicos perforados con batería, a rotación y con obtención de testigo continuo permiten garantizar la consecución de estos tres objetivos con independencia del tipo de terreno que se pretenda estudiar.
Sistemas de reconocimiento alternativos (en especial los de bajo coste) pueden ser utilizados en cualquier caso teniendo presentes las reservas y los requisitos de garantía que establece el DB SE-C (véase art. C.2.5. y C.2.6.)
Es de especial interés observar como la posibilidad de substituir sondeos mecánicos por ensayos de penetración dinámica continua, ha devenido una praxis de uso común, cuando según lo que debe desprenderse del articulado del DB SE-C, y en especial, de aquellos contenidos que se refieren a las condiciones de aplicabilidad de los resultados de estos ensayos para el dimensionamiento del cimiento se refiere, son sumamente restrictivos.
Es recomendable, pues, que las substituciones de sondeos por ensayos de penetración se planteen como alternativa, en lugar de considerarse “por omisión” como procedimiento de dimensionado de la campaña de reconocimiento, proponiéndose la entrada de las siguientes variables en la aplicación:
Por los datos previos sobre el tipo de terreno ¿se considera como opción más adecuada el uso exclusivo de sondeos de reconocimiento? (en caso de desconocimiento del tipo de terreno, recomendar SI):
SI -> considerar en tal caso la totalidad de los reconocimientos como sondeos mecánicos.
NO -> determinar el porcentaje máximo de substitución de sondeos por ensayos de penetración considerado como adecuado respecto al máximo admitido por el Código Técnico de la Edificación (según tabla 3.4 del DB SE-C):
25 %
50 %
75 %
100 %
Otros procedimientos de reconocimiento: calicatas
La versión actual de la aplicación admite la entrada de las calicatas como reconocimiento en el dimensionado de la campaña geotécnica. Debe tenerse en cuenta que el DB SE-C de forma explícita únicamente considera las calicatas en el dimensionado de las campañas de reconocimiento para el caso de estructuras de menor entidad y antecedentes geotécnicos muy favorables (lo que se ha dado en llamar un estudio C0-T1), como medio complementario a los reconocimientos limitados a penetraciones dinámicas, puesto que con las mismas no se realiza una testificación fehaciente del material (al no obtenerse muestra) siendo obligado por tanto verificar su naturaleza con un medio alternativo.
Dimensionado de la campaña de ensayos de laboratorio:
A pesar de la falta de un control normativo eficiente en la materia que nos ocupa, la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación ha permitido cierta normalización de los mínimos exigibles a las campañas de reconocimiento. Puede estimarse que si antes de la aplicación del código la mayoría de los estudios geotécnicos aplicados a la edificación incumplía los mínimos que en él se prescriben (que no dejan de ser equivalente a lo que en aquél tiempo se consideraban criterios de buena praxis) hoy día esta proporción puede haberse reducido a una cuarta parte. Cabe reseñar que esta proporción varía ostensiblemente en función de la geografía.
Este efecto beneficioso sobre la fiabilidad y el rigor de las campañas de reconocimiento no se ha trasladado, sin embargo, a la segunda faceta fundamental en la caracterización del terreno: la realización de ensayos, bien sean “in situ” o bien en laboratorio, presentado por norma general el segundo caso una situación aún más deficiente que el primero.
La causa no es otra que la falta de reglamentación efectiva que se deduce del redactado del DB SE-C: mientras que el articulado establece con claridad las distancias y profundidades mínimas de reconocimientos como preceptivas, se plantean unos mínimos de ensayos “orientativos”, y por tanto, de aplicación facultativa.
La sistematización de la campaña de ensayos de laboratorio que aquí se propone tiene como finalidad establecer unos criterios de medición a efectos de valoración de costes de proyecto. En ningún caso debe obviarse la necesidad de adecuar la campaña definitiva a las características geotécnicas del emplazamiento y a los problemas específicos del mismo que deba contemplar el estudio del terreno. Esta premisa debe ser tenida también en consideración en lo referido a la campaña de reconocimientos.
La propuesta que se plantea toma en consideración las siguientes premisas, basadas en lo que generalmente se asume como una praxis generalizada y correcta:
– muestreo y ensayos “in situ”: realización de ensayos SPT o toma de muestras inalteradas con una frecuencia no inferior a 1 cada 2 m, y en una relación respectiva de 3 SPT por cada 2 muestras inalteradas.
o Número total ensayos SPT: siendo n = número de sondeos, y P = profundidad estimada:
nº SPT = (n • P) / 3
o Número total de muestras inalteradas:
nº MI = (n • P) / 5
– Ensayos de laboratorio: Se considera un grado de variabilidad medio de la geología local, con espesores medios por unidad geotécnica del orden de 3 m. Para cada unidad geotécnica se consideran los ensayos propuestos por el DB SE-C. Es necesario establecer una primera aproximación en cuanto al tipo de terreno (coherente o granular), proponiéndose un factor de corrección (Ts) según la proporción relativa de ambos tipos, siendo
Ts = suelos coherentes / total (expresado en tanto por uno)
Por defecto y en caso de total desconocimiento de la geología local, puede tomarse Ts = 0.5.
En caso en que los ensayos deban realizarse sobre unidades geotécnicas no coherentes, los mismos quedan englobados en los ensayos “in situ” que se han contemplado en el punto anterior.
o Ensayos de identificación y estado: granulometría, plasticidad, densidad aparente y humedad: 3 por unidad geotécnica, resultando un número total (por cada ensayo de los citados) de:
nº eie = 3 P / 3 = P
o Ensayos de deformabilidad: corresponderán a ensayos de consolidación y de resistencia a compresión simple en suelos arcillosos, o bien a ensayos “in situ” en suelos granulares. 4 por unidad geotécnica, estimando un 50 % en ensayos de consolidación en arcillas y un 50 % en ensayos de resistencia a compresión (valorados en el punto referido a la resistencia), resultando pues:
Ensayos de consolidación: nº ec = 2/3 P • Ts
o Ensayos de resistencia:
ensayos de compresión simple o resistencia al corte no drenado en suelos arcillosos, ensayos “in situ” en suelos granulares: 4 por unidad geotécnica arcillosa, resultan:
Ensayos de resistencia a compresión simple o resistencia al corte no drenado: nº equ = 4/3 P • Ts
ensayos de corte directo drenado o triaxial en suelos arcillosos, ensayos “in situ” en suelos granulares: 3 por unidad geotécnica arcillosa, resultan:
Ensayos de corte directo drenado o triaxial: nº ecd-t = P • Ts
o Ensayos químicos sobre suelos:
3 identificaciones químicas de sulfatos por unidad geotécnica en todo tipo de suelos, resultando:
Ensayos de sulfatos: nº es = P • Ts
3 identificaciones químicas de acidez por unidad geotécnica susceptible a contenido orgánico, considerando una única unidad, resultando:
Ensayos de acidez Baumann – Gully: nº ebg = 3
o Ensayos químicos sobre aguas:
1 identificación química según las especificaciones de la EHE por muestra de agua tomada en el 50 % de los sondeos, resultando:
Identificaciones EHE aguas: nº ea = P • Ts
Correcciones propuestas y/o adoptadas del DB SE-C:
– Las mediciones obtenidas son admisibles para superficies edificadas (en planta) de hasta s = 2000 m2; para superficies mayores se aplicará a cada medición un factor de corrección (s/2000)1/2.
– En proyectos de entidad singular (edificaciones C-3 y C-4) la medición por ensayo se incrementará en un 50 %.
Se desestima el ensayo Proctor y el CBR que la aplicación propone por defecto, puesto que su uso está restringido a obras viales, y para cuya realización es necesario el muestreo de un volumen incompatible a las capacidades de los medios usuales en el reconocimiento del terreno para el proyecto de cimientos. En caso necesario, y para el proyecto de obras viales, se recomienda la planificación y valoración de un estudio basado en criterios específicos a las mismas.
Estimación del coste del informe geotécnico:
Se recomienda que en la definición presupuestaria y contractual del estudio geotécnico figuren, cuanto menos, los siguientes ítems:
– Planificación de los trabajos de reconocimiento: visita previa a obra por parte de un técnico.
– Dirección y supervisión de los trabajos de reconocimiento por parte de un técnico.
– Elaboración de informe geotécnico conforme a las especificaciones del DB SE-C, y específicamente en lo referido a conclusiones y recomendaciones necesarias para la realización del proyecto de construcción.
– Comprobación del terreno antes de la ejecución de la cimentación (facultativa, a criterio del Director de la Obra.)
El coste de las labores de asistencia técnica relacionadas con el estudio del terreno acostumbra a ser directamente proporcional al coste de los trabajos de reconocimiento y de laboratorio. Se recomienda tomar como orientativo el siguiente criterio, basado en una relación de proporcionalidad que generalmente se estima adecuada:
€(informe geotécnico) = 0.35 [€(reconocimientos) + €(laboratorio)]
contemplando un valor mínimo de 480 € por informe (y este mínimo es muy, pero muy muy poco para lo que cuesta un estudio correcto, pero ya nos daríamos con un canto en los dientes por establecerlo como parámetro orientativo)
Los costes anteriores no incluyen el visado colegial del informe, caso de que por parte del Cliente, del Proyectista o del Director de la Obra sea solicitado.
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y hasta aquí me llegan las ganas de escribir hoy… otro día me pongo con alguna sugerencia sobre los precios unitarios de generador
y si has llegado hasta el final, ve a la nevera a por una cerveza, que buena falta debe hacerte
; )
frankie
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