arcillas dispersivas… y dispersantes que dan miedo

por aquél entonces yo era muy joven, vamos, más que joven, un crío de once años con unas preocupaciones típicas de la edad del pavo (vamos, imagino… esas, y además otras, como qué hacer con una mezcla de sulfúrico, nítrico y glicerina a partes iguales que tenía en un bote escondido en el lavadero, hasta que no se me ocurrió otra cosa que tirarlo por la tapia a la carpintería del vecino… menos mal que para fabricar nitrogilcerina la cosa es más compleja de lo que yo suponía, porque si no… aún estaría en busca y captura… y a todo esto… ¿cómo se le ocurre al dependiente de la drogería venderme esas cosas, ni que sea por separado????)…

… digo, pues, que yo era por aquél entonces muy joven, y aún no sabía para que servía el agente dispersante, ni qué diantre era una granulometría por sedimentación, y aún menos nada sobre los problemas de tubificación que dan las arcillas dispersiva.

no obstante, ya había oído alguna vez por ahí (en los chistes, claro…) aquellas palabras tan famosas por aquél entonces…

circulen… circulen… DISPERSENSE…

era la consigna de ciertos tenebrosos personajes que, vestidos de gris, irrumpían sin contemplaciones en las concentraciones de los que se jugaban el tipo para gritar por la calle que este país había aguantado ya más de la cuenta

obsérvese pues la siguiente imagen…está sacada de Comuna Obrera (alucinante el detalle de la culata del fusil que asoma por la izquierda… a saber qué estaban haciendo con ese cacharro… miedo me da)

en la imagen podemos apreciar también con claridad como los «agentes dispersantes» se distribuyen más o menos uniformemente en la “suspensión” (manifestantes + dispersantes + medio que los integra) que obviamente está bastante agitada… no obstante, los elementos a dispersar se amogollonan con la vana esperanza de protegerse el reparto de palos… se amogollonan, o dicho con más criterio geotécnico… FLOCULAN

y como se sabe (y a eso voy), eso de flocular es un comportamiento típico de la fracción fina de los suelos, y muy especialmente de las arcillas… de esas que cuando haces una granulometría por sedimentación y contrastas lo que da si le pones o no le pones dispersante (y hablo de dispersante químico, no de media docena de grises en miniatura metidos en la probeta) dan un resultado dispar…

resulta, pues, que esas arcillas se comportan muy malamente ante gradientes (de agua) dejándose arrastrar por la corriente, y plantando a la “fabric” del suelo falta de su compañía… llegado al caso, tal escaqueo provoca procesos como el ARRASTRE DE FINOS, al que ya nos referimos en otra ocasión, o la TUBIFICACIÓN.

vamos, que a poco que nos descuidamos, acabamos teniendo una presa de tierras hecha un gruyere, o encontrándonos un socavón donde menos nos lo esperamos.

la cosa es que andaba yo por estas fechas metido (en el literal sentido de la palabra) en un caso de socavones maliciosos, de esos en los que parece que las arcillas que andaban por allí habían tenido algo que ver, cuando repasando cosas de la bibliografía, me he dado cuenta del poco consenso que hay a la hora de calificar y cualificar estos materiales.

como apuntaba unos párrafos antes, una forma de determinar la propensión de las arcillas a dispersarse es valorar su tendencia a flocular, comparando el resultado de una granulometría por sedimentación realizada con y sin dispersante… obviamente, en el caso del terreno que no se trata con solución dispersante nos encontramos con que el tamaño de grano que se analiza en la fracción fina no es el de las arcillas, si no el de los grumos de arcillas floculadas, en razón de lo cual el porcentaje «aparente» del tamaño inferior a 5 micras es menor al que debiera

estructuras floculadas (a, b) y estructura dispersa (c); (Lambe)


comparando los resultados de ambas sedimentometrías (una sin y otra con dispersante) se halla un parámetro que un tal Sherard (et. al.) parece que bautizó como Índice de dispersión (o dispersibilidad), abreviado Id.

y ahora empieza lo bueno…

voy y me paseo por el Jiménez Salas (p. 40 del vol. I de Geotecnia y Cimientos) y me encuentro con la siguiente definición de Id

Id = % < 0.005 mm en granulometría SIN dispersante / % < 0.005 mm en granulometría CON dispersante

OK… como me fío bastante del Jiménez Salas, calculo lo que me dan los registros que tengo, y me voy ahora a la página 140, donde se califica el suelo en función de Id… y los rangos de Id que me cita están por encima de 34 para arcillas problemáticas

¿????

y me encuentro con la siguiente calificación del suelo

– Id > 67: gran estabilidad

– 67 > Id > 34: inestabilidad intermedia

– Id < 34: estabilidad

huelga extenderme en el patinazo del Maestro, supongo… todos cometemos errores (a algunos les cuenta caro…)

como ya habrá percibido el lector, en el Jiménez Salas tenemos dos errores: primero, que omite multiplicar el cociente por 100 para pasarlo a un porcentaje, y después, en la calificación por grupos, para Id > 67 lo que tenemos es una arcilla altamente INestable.

para dar algo más de contexto al tema, encontré algo que parecía una cita textual del trabajo de Sherard, que venía a decir

– Id > 50 % : suelos susceptibles de generar problemas en presas de tierra


– Id < 15 %: suelos no susceptibles de generar problemas en presas de tierra

y en otra, de GARAY y ALVA (1999) en “Identificación y Ensayos en Suelos Dispersivos”. XII Congreso Nacional de Ingeniería Civil, Huánuco (un resumen del tema bastante aceptable), la clasificación (referida también a Sherard) era esta otra

Id / Grado de dispersión


Id < 30 / No dispersivo


Id 30 a 50 / Intermedio


Id > 50 / Dispersivo

para más confusión (esto ya va pareciendo Una Noche en la Ópera), en otra parte, la referencia (dedicada a los problemas de erosión de caballones agrícolas) me encontré que se situaba el límite entre suelos dispersivos y no dispersivos en Id = 25 (sin mayor indicación para rangos superiores).

concluyendo: está bastante claro que no hay unanimidad por ninguna parte a la hora de establecer unos límites más o menos rigurosos sobre el rango de Id en el que debería de considerarse un problema de dispersión… se encuentra uno que para calificar un suelo como no dispersivo el rango de máxima Id va de 15 a 34 (tal diferencia en una doble granulometría por sedimentación es una variación bastante importante), y no digamos ya para calificar el material como crítico (la Id mínima va de 25 a 67)… total, una arcilla con un Id de 30 sería no dispersiva o muy dispersiva según qué criterio sigamos… lo poco que está claro es que por debajo de Id = 15 no deberíamos perder el sueño, y por encima de Id = 67 mejor rogamos a la Virgen de los Desamparados… para lo que anda entre Id = 15 e Id = 67 convendrá, en cambio, encomendarse a Santa Eleuteria (patrona de los libertos).

está visto, pues, que para esto de flocularse o dispersarse, tanto las arcillas como los que protestan delante de la porras (o cosas que dan aún más miedo) andan bastante desorganizados…aquí los únicos que van a una son los dispersantes… para variar

(foto de REUTERS)
por cierto… es curioso, pero una introducción bastante aceptable al tema este de las arcillas dispersivas la podéis encontrar en la web del DEPARTMENT OF PRIMARY INDUSTRIES del Gobierno del estado de Victoria, en Australia… mira por donde que en las antípodas tienen una web gubernamental que no está para solo hacer autobombo…
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Una respuesta en “arcillas dispersivas… y dispersantes que dan miedo

  1. Jheimy Maraz dijo:

    Tu comentario nunca pudo haber sido más productivo, ahora me encuentro realizando mi tesis acerca de este tema, si podrías sugerirme algunas otras bibliografías o links te agradecería mucho

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