La deformación del terreno bajo carga de la cimentación comporta dos efectos principales: el descenso generalizado de la estructura, y la distorsión angular por descenso relativo de partes de la misma.
Si un asentamiento se produce de forma solidaria a lo largo de toda una obra, bien sea porque los elementos aislados de soporte (las zapatas) asientan por igual, o sea porque el edificio está cimentado sobre un único elemento de apoyo y de tipo rígido (p.e. una losa de canto suficiente respecto a su dimensión), el valor máximo que habitualmente se considera tolerable para la deformación puede ser bastante importante. Algunas normas aceptaban, hasta hace poco, valores de asiento global del orden de 50 mm (NTE p.e.).
Como ejemplo extremo de procesos de asentamiento, podemos mencionar algunos edificios históricos que han sufrido asientos muy homogéneos, de hasta 2 m (caso de la Catedral de México), sin que se haya llegado al estado límite de la construcción.
asientos del terreno, México
Sin embargo, no es el asiento máximo y global el causante de la mayoría de daños en construcciones, sino el asiento diferencial, correspondiente a la variación de la posición vertical relativa entre diferentes puntos de apoyo de la obra, que da lugar a las distorsiones angulares que pueden no ser aceptables por el edificio. Se conviene que, generalmente, se aprecian daños sobre los cerramientos o divisiones para distorsiones angulares superiores a 1/500, y daños en la estructura a partir de 1/250.
Se reproducen a continuación las definiciones básicas del movimiento de los cimientos que el DB SE-C presenta como compendio de los conceptos tratados:
asientos del terreno DB SE-C
