A la escala humana de observación del espacio y el tiempo, son pocos los fenómenos que afectan al terreno y que nos permiten apreciar que la exigua capa de la corteza de la tierra sobre la que transcurre nuestra existencia cambia y evoluciona.
Generalmente, relacionamos estos cambios repentinos con lo que se llama catástrofe natural: grandes deslizamientos de tierras, terremotos, derrumbes de grandes áreas, etc, además de otros fenómenos ligados a la meteorología y que – en sí mismos – se relacionan sólo tangencialmente con la naturaleza propia del subsuelo sobre el que actuamos.
Salvo estas anécdotas excepcionales, nuestra perspectiva sobre el terreno suele ser la de una entidad si no estática, sí en un equilibrio bastante estable (y suponemos confiable) con el medio que le rodea.
La actividad humana, en cuanto a la insaciable tendencia de ocupar el territorio, modificar el paisaje, construir y edificar, comporta una alteración de este equilibrio, dando lugar a una serie de acciones (en el más estricto significado físico). De entre las más significativas, pueden mencionarse las siguientes:
– Modificaciones en el estado de cargas (incremento o decremento) considerando esencialmente la componente vertical. Ejemplos: carga de una cimentación sobre el suelo (incremento); descarga del fondo de excavación en un vaciado (decremento).
típica solicitación vertical sobre el terreno (fuente: DB SE-C)
– Modificaciones en el estado de cargas considerada la componente horizontal. Ejemplos: excavación de un talud (decremento), ejecución de un muro de contención anclado (incremento).
solicitaciones horizontales sobre el terreno (fuente: DB SE-C)
– Variaciones de la dinámica hidrológica del subsuelo. Ejemplo: Cambios en el gradiente o en la cota piezométrica local por el bombeo de aguas subterráneas (necesario para la ejecución de una planta bajo rasante que interfiere con el acuífero) o por interposición de elementos en el terreno (sótanos, pantallas…).
abatimiento del nivel freático mediante bombeo
– Modificaciones en el estado de humedad del suelo. Ejemplo: movimiento del límite de la zona activa por limitación de la evapotranspiración inducida por la construcción de una vivienda o por la demanda de agua por vegetación.
asiento por la retracción del terreno causada por la demanda de agua de la vegetación (fuente: Patología de la Edificación, Fco. Serrano Alcudia)
No todas las acciones descritas tienen una incidencia directa sobre los proyectos u obras, o en la resolución de daños aparecidos en una obra existente (en contadas ocasiones la actuación sobre una estructura existente puede requerir un vaciado, por ejemplo ). Sin embargo, hay que conocer los efectos que estas acciones tienen sobre el terreno, dado que la respuesta del mismo frente a las solicitaciones que implica el proceso de edificación / construcción son causantes potenciales de problemas que pueden desembocar en la aparición de un daño.